Ayamonte un pueblo ligado a su puerto; pesquero, deportivo, comercial y turístico
Ayamonte y su puerto, han vivido intensamente unidos a lo largo de su historia. Su dedicación a la actividad pesquera, a la industria conservera y también por servir de puente comercial con la vecina Portugal con el trasiego de coches y turistas en los ferrys que cruzaban las aguas del río Guadiana.
Desde la antigüedad, Ayamonte fue puerta de entrada para el desarrollo de los circuitos comerciales de pueblos como los griegos, los fenicios, y sobre todo los romanos. El salazonado, conservado del atún y la sardina junto al extendido uso de la salsa garum en la época romana que se preparada con vísceras fermentadas de pescado, marcaron los pasos de Ayamonte y su puerto en la época Antigua.
UN RECORRIDO POR EL PUERTO DE AYAMONTE A LO LARGO DE LOS SIGLOS
Los ocho siglos de dominio árabe en el periodo medieval se notaron en los banquetes que en Sevilla y en Córdoba se daban de sardinas ayamontinas los califas y emires.
Las chancas y almadrabas impulsaron la producción a escala industrial de salazones y salmueras por toda la época moderna. La experiencia del Descubrimiento de América supuso que la actividad pesquera fuera puntera y puntal en los puertos de Punta del Moral y de Ayamonte.
Por otro lado las salinas blanqueaban de sal toda la marisma de Isla Cristina. Tuvo su crisis en el siglo XVIII cuando se elevó su tributo, provocando motines y revueltas por los pueblos de la costa. Sin sal no se podía entender el mantenimiento del pescado ni la producción a gran escala.
Toda la pesca capturada tenía que salarse para mantener su conservación. Por lo que la industria conservera tuvo su apogeo desde la antigüedad hasta mitad del siglo XX. Con la invención de las neveras y congelados sucumbió toda la actividad conservera en la costa de Huelva. Ya no era necesaria la conservación tradicional del pescado.
Junto al sector pesquero, el Puerto de Ayamonte en el siglo XIX fue un punto importante de entrada para el sector del mineral que accedía por el curso del Guadiana conectando con tren las Minas de Herrerías y el resto de la provincia.
Durante el siglo XX fue el trasiego de miles de pasajeros que cogían el ferry para pasar a la vecina localidad portuguesa de Vila Real de Santo António, relanzó a Ayamonte dentro de la provincia, convirtiéndola en una ciudad meramente comercial.
Sería en los años 60 y 70 con la caída de la industria conservera, cuando el Puerto de Ayamonte tendría otro momento de declive, siendo rematado éste con la construcción en 1991 del Puente Internacional de Portugal. Esta gran infraestructura fue causa de la caída del paso de vehículos en las embarcaciones hacia Portugal, quedando relegado hoy día a una actividad más turística que comercial, con tan sólo dos embarcaciones dedicadas a continuar con este transporte. En esos momentos Ayamonte vio peligrar su apogeo económico con la construcción del puente, pero fue todo lo contrario, abrir las fronteras hizo que la afluencia turístico y comercial aumentase, y sobre todo con el boom inmobiliario de principios del siglo XXI creándose varios complejos hoteleros y turísticos en Isla Canela y Punta del Moral como dos referentes de la provincia de Huelva.
En la actualidad Ayamonte sigue ligada a su puerto y se está terminando un nuevo proyecto de ampliación de su muelle con la colocación de nuevos pilotes y un entarimado de madera, así como la modernización de las actuales instalaciones como la Lonja de Ayamonte, y un nuevo pantalán que mejorará la operatividad en el embarque y desembarque de viajeros.
